Ya que tengo la afición
la costumbre o la manía,
de escribir, no sé si es don
Que no sean letras vacías.
Si las palabras me siguen
en la mente las ideas,
hasta el punto que consiguen
del papel volverse reas.
Que no sea su aislamiento
que sea más bien ventana,
que el mundo vaya abriendo
de forma clara y diáfana.
Y aquí en esta mi costumbre
afición o lo que sea,
no seré yo quien me encumbre
ni en mi juicio sólo crea.
Mala o buena en mi manía
tanto aquí como en la vida,
la autocrítica es la vía
por mi conciencia elegida.
Es por eso que al juzgarme
en mis letras y vivido,
siempre procuro librarme
de lo injusto o sin sentido.