Siento el roce de tu mano
la imagino por mi cuerpo,
y así voy llenando el cántaro
el cántaro de mis sueños.
Y pongo mi alma a tu alcance
tú la pides, yo la entrego.
A cada palabra tuya
mi mente ya le ha hecho hueco,
y la mece en sus entrañas
arropándola y durmiendo.
Y con el alma embargada
intereses consumiendo,
se va desbordando el cántaro
cántaro de mis deseos,
de donde bebe mi alma
de donde come mi cuerpo.